Quisiera ser aquella que montase en un arco iris sin complejos ni pecados, quisiera ser aquella sin dios ni infiernos, quisiera ser aquella que ama sin prejucios, la adúltera del cuento, quisiera ser la puta, un agujero negro en el mundo y abandonar esta purez de espíritu y cuerpo.
Quisiera volver a amar, pero aquí se divide mi razón pues la memoria me dice que quiera sin apegarne, con los pies en el suelo y la vista en el presente.
Mi inconsciente falla que me dirija por la senda de la idealización, la inociencia con que un día amé y que vuelve observando el fururo.
Y ahora me pregunyo, de qué me sirven estos versos si aún sigo sin amar, sin amor y sin tener ni ser amante, y así, sin hacerle caso a nadie, olvido la memoria, evito la inconsciencia y temo a la puta que todos llevamos dentro para seguir los pasos de mi alma pura que de tan blanca, tan luminosa me hiere con su dulzura y me hunde en el dolor más divino.
